Acurrucada en la cama, mi piel desnuda velada apenas por una roja manta, la de los juegos perversos..
El Amo duerme, ha usado a su esclava, la ha hecho sufrir y gozar hasta el infinito.
Muchos orgasmos pueden ser también una tortura, una dulce y oscura tortura.
Ha lacerado a esta hembra Suya con el dolor, y la ha llenado de goce una y otra y otra vez, hasta que el llanto es el único lenguaje posible.
Me ha hecho suplicar "No mas, no más"...cuando creí morir de placer.
Dormiré esta noche con una sonrisa en mi cara, susurrando la frase mas dulce para una kajira
"Mí Amo, mí Señor..."
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