Hoy su kajira lo sirvió con devoción y amor,
con pasión y con deseo.
Y la recompensa fue el placer del Amo, su goce, y mi regalo todo la intensidad que El me permitió sentir.
El goce de una kajira arrastrada por olas
de orgasmos infinitos.
Porque a traves de un cristal el deseo nos funde en dos, y las distancias no existen.
Amo y kajira, homologados en el éxtasis.
Amo y kajira, tejiendo juntos la historia de la entrega...
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