"Y suspira y suspira la kajira, arrodillada en las pieles que cubren las losas de piedra, sus codos se apoyan en el alféizar de la ventana, oteando el camino que se cubre de espirales de polvo, en espera del Amo ausente.
Acaricia el collar de su cuello, las cadenas que penden de sendas argollas de las paredes...son frías y anhela ser atada con ellas, suspendida desde el balcón por los pulgares si el Amo así lo desea....azotada hasta que Su mano se canse.
Pero ansia sobre todo la mirada de los azules y sabios del Amo sobre ella, perderse en ellos, poder hablarle de sus pequeñas cosas de esclava, escucharlo, servirlo, quizás reclinar la cabeza sobre Sus rodillas, posar sus labios en Esas manos diestras y sabias, cerrar los ojos...solo permanecer a Sus pies, callada y Suya..."
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