¿Acaso se enciende la lámpara para ponerla debajo del celemín o debajo de la cama? ¿No se pone en el candelero? Pues no hay cosa escondida que no haya de saberse, ni hecho oculto que no haya de ser manifiesto.» (Marcos 4, 21-25)
Ser la kajira del Amo es motivo de alegría, de gozo, de orgullo.
Jamas podría esconder o negar al mundo esa dicha luminosa que es pertenecer al Amo.
Jamas ha El escondido el orgullo que le provoca que sea Su kajira.
Por que en este mundo a veces incierto,tan llenos de oscuridades y yerros, nuestros caminos se cruzaron, se unieron, y somos Amo y kajira.
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